La participación ciudadana está siendo, de manera creciente, un objetivo social. Los responsables públicos buscan cada vez más una mayor transparencia, la coproducción en proyectos o el dar poder a las personas para tomar parte en las decisiones. Encontramos una clara llamada a la participación, tanto por parte de los dirigentes como de la propia ciudadanía. La sociedad debe crear condiciones favorables para el desarrollo de una implicación creativa y participativa de la diversidad de la población.
La filósofa Martha Nussbaun, premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2012, resalta que “mejorar la calidad de vida de las personas requiere decisiones políticas inteligentes y la participación dedicada de muchos individuos”. Las personas mayores debemos asumir un papel más activo en la generación de valor público. No solo necesitamos salud o seguridad para vivir o para envejecer dignamente, sino que también debemos disponer de oportunidades de participación social. Para ello es imprescindible que salgamos de nuestra rutina o de nuestra zona de confort y cumplamos nuestros derechos y obligaciones como ciudadanos, ejerciendo un rol de participación activa en beneficio de presentes y futuras generaciones. Además, debemos estar empoderados para poder así aportar a la sociedad. La lógica del perfeccionamiento humano no es “he de servir a los demás para ser mejor”, sino “he de ser mejor para servir a los demás” y así, paradójicamente, acabaremos sirviéndonos a nosotros mismos y seremos más felices.
Tenemos que mantener el papel de responsabilidad social que las personas mayores hemos ejercido en otras etapas de nuestra vida, y potenciarlo al cumplir años, para lo cual debemos contar con marcos y entornos que nos posibiliten y faciliten esta tarea.
He seleccionado dos ejemplos de estrategias para la participación activa de personas mayores. El primero se refiere a nuestra participación en el diseño de nuestras ciudades y el segundo, al liderazgo que debemos ejercer para mejorar la sociedad.
La Red de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores, creada por la Organización Mundial de la Salud, nos ofrece una oportunidad para ser agentes activos del diseño la, redefinición y la mejora de las ciudades en las que vivimos. No supone un programa pensado “para” las personas mayores, sino un proceso participativo y creativo realizado “con” y “por” las propias personas mayores. El objetivo es conseguir mejores entornos en los que vivir en todas las etapas de la vida, con beneficios para toda la sociedad y en los que envejecer no sea un problema para seguir viviendo con libertad, autonomía, seguridad, bienestar y participación. Está demostrado que las ciudades donde las personas mayores viven con mayor calidad resultan mejores lugares para cualquier generación. (Para mayor información:
https://ciudadesamigables.imserso.es)
El liderazgo de las personas mayores implica valores de compromiso, empatía, integridad, honestidad, pro-actividad, responsabilidad e implicación para hacer mejor las cosas, y hacer mejores cosas, en provecho de toda la sociedad. Implica un cambio de paradigma en el que pasemos de ser simples agentes pasivos, que recibimos prestaciones y consumimos recursos, a ser líderes activos que aportamos, proponemos y generamos oportunidades. Las personas mayores estamos implicadas en todo lo que pasa en la sociedad y debemos mantener una actitud responsable para liderar los cambios necesarios. La gran heterogeneidad de situaciones implica que nuestro liderazgo pueda ser también diverso, eligiendo implicarnos en actividades laborales, de voluntariado, culturales, comunitarias, organizativas, deportivas o familiares. No es una cuestión de competir con otros grupos, sino de compartir e inspirar el cambio, consensuando lo que se puede y debe hacer y cómo hacerlo. Siguiendo la premisa de que “solo podemos poco, pero juntos podemos mucho”, el asociacionismo es una buena estrategia para conseguir mejores resultados. Las organizaciones sociales y de personas mayores deben impulsar el liderazgo, fomentando la iniciativa y la creatividad e implicando y comprometiendo a todas las personas, comunicando eficazmente los mensajes y teniendo representación en los órganos de decisión social, política y económica. (Para mayor información:
www.forolidea.com).
La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) reconocen que el desarrollo solo se puede lograr si se incluye a todas las edades. Empoderar a las personas mayores en todos los ámbitos, incluida su participación en la vida social, económica y política, ayuda a garantizar la inclusión y a reducir desigualdades, tal como recoge la Temática de 2019 del 1 de Octubre, Día Internacional de las Personas de Edad.
Cristina Rodríguez-Porrero Miret
Secretaria de Fundación Pilares para la Autonomía y del Foro LideA, ex Directora del Ceapat-Imserso